SABORES Y RAÍCES DE TLAXCALA: UNA CELEBRACIÓN GASTRONÓMICA POR EL DÍA MUNDIAL DE LA ALIMENTACIÓN
En el icónico domo blanco del Recinto Ferial, los sabores de Tlaxcala se entrelazaron con su rica historia, cultura y tradiciones durante la Muestra Gastronómica organizada por el Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (SEDIF) para conmemorar el Día Mundial de la Alimentación.
Este evento reunió a 57 municipios, convirtiéndose en una celebración que permitió a los asistentes disfrutar de la diversidad y riqueza cultural de la región, reflejada en cada platillo, stand y presentación. La presidenta honorífica del SEDIF, Mariana Espinosa de los Monteros Cuéllar, destacó que la jornada se realizó bajo el lema “Derecho a los alimentos para una vida y un futuro mejores”, haciendo un llamado a la reflexión y la acción.
«En el SEDIF Tlaxcala, trabajamos diariamente para llevar alimentos a quienes más lo necesitan, asegurando que su bienestar sea nuestra prioridad», afirmó Espinosa. «Este año, hemos dado un paso significativo hacia la justicia alimentaria al eliminar las cuotas de recuperación en nuestros programas de alimentación, gracias a las modificaciones a la Ley General de Salud».
Desde temprano, el ambiente se llenó de entusiasmo con la llegada de representantes de cada municipio, quienes montaron stands decorados con elementos típicos de su localidad. Cada uno ofrecía una muestra de su gastronomía, honrando las tradiciones culinarias que se han transmitido de generación en generación. Los colores vibrantes de los huipiles, las figuras de barro y los bordados transformaron el lugar en un recorrido por las raíces de Tlaxcala.
El concurso gastronómico trascendió lo competitivo; cada platillo degustado por el jurado contenía un pedazo del alma de su creador. Las decisiones finales fueron tomadas por un panel de expertos, que incluyó a la directora general de Alimentación y Desarrollo Comunitario del Sistema Nacional DIF, Uritzimar Jazmín San Martín López, la titular de la Secretaría de Cultura del Estado, Karen Villeda, el chef profesional Jorge Alberto López Sandoval y un representante de la Secretaría de Turismo del estado.
La gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros también se unió a esta fiesta de sabores, celebrando la diversidad culinaria de los expositores y anunciando que se compilarán las recetas en un libro, reconociendo el esfuerzo de todos los participantes. Además, destacó que Tlaxcala ocupa el segundo lugar en erradicación de la carencia alimentaria y que continuará trabajando para alcanzar el primer puesto a nivel nacional.
Los aromas del mole, el calor de las sopitas y el frescor del nopal recién cortado evocaban recuerdos de la infancia, de manos que con paciencia enseñaron a dar forma a cada receta. Las risas y anécdotas resonaban, compartiendo con orgullo el origen de cada platillo, como si el pasado y el presente se entrelazaran en esos momentos.
Los miembros del jurado escucharon atentamente las historias detrás de cada bocado, entendiendo que no se trataba solo de sabor, sino de la dedicación de hombres y mujeres que trabajan la tierra y cocinan con amor. Mientras evaluaban, no podían evitar sonreír, admirando el esfuerzo palpable en cada plato.
Al final, el municipio de Chiautempan fue reconocido por el mejor módulo; Nanacamilpa, con sus exquisitos tlacoyos, obtuvo el tercer lugar, mientras que Cuapiaxtla, con su chilpoposo, se llevó el segundo lugar, y Tetlanohcan ganó el primer lugar con su texmole de chito y hongos.
Sin embargo, más allá de los ganadores, la verdadera celebración radicó en los lazos que se fortalecieron entre los participantes. Provenientes de todos los rincones de Tlaxcala, compartieron secretos, consejos y experiencias, reconociendo su pasión por mantener vivas las raíces. En los ojos de los asistentes brillaba el orgullo de saber que la riqueza de su tierra no solo reside en sus ingredientes, sino en las manos que los transforman en amor hecho comida.
Esta muestra gastronómica fue un recordatorio de que en cada plato no solo hay ingredientes, sino un legado. Representó un abrazo entre generaciones y una promesa de que las tradiciones seguirán vivas mientras haya quienes las celebren y compartan. En este evento, quedó claro que la verdadera riqueza de Tlaxcala no solo se saborea, sino que se siente, se escucha y se vive en cada rincón de su tierra.
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