FEMINISTAS MARCHAN EN TLAXCALA EXIGIENDO JUSTICIA, SEGURIDAD Y EL DERECHO A DECIDIR SOBRE SUS CUERPOS
Este lunes, en un acto de valentía y lucha, colectivos y activistas feministas marcharon por las calles de la ciudad de Tlaxcala en un enérgico rechazo contra todas las formas de violencia hacia las mujeres. Con pancartas, consignas y un llamado a la acción, la protesta buscó exigir justicia, un entorno seguro y, sobre todo, el derecho inalienable de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos.
A poco más de las 17:00 horas, el contingente partió de las Escalinatas a los Héroes, donde la protesta cobró fuerza al recriminar las desapariciones de niñas, adolescentes y jóvenes, una problemática que sigue sin resolverse y que pone en evidencia la urgencia de acciones concretas para erradicar la violencia de género en el estado.
UNA PARADA DE IMPACTO: ACCIÓN DIRECTA EN EL CONGRESO LOCAL
En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, celebrado este 25 de noviembre, las manifestantes hicieron una parada frente al Congreso local. Con una protesta audaz, irrumpieron en el acto oficial de los «16 Días de Activismo contra la Violencia de Género» que se llevaba a cabo en ese momento, y alzaron sus voces en contra de la «simulación» de las autoridades.
Dentro del Congreso, mientras Luis Antonio Ramírez Hernández, titular de la Secretaría de Gobierno (Segob), pronunciaba un mensaje alentador sobre los avances de la Alerta de Violencia de Género, las activistas dejaron claro su descontento al exigir una acción real y contundente, sin más promesas vacías.
UN ENCUENTRO TENSO: PAULA MARÍA GARCÍA VILLEGAS Y LAS ACTIVISTAS FEMINISTAS
La tensión aumentó cuando Paula María García Villegas Sánchez Cordero, hija de la ministra en retiro Olga Sánchez Cordero y aspirante al Poder Judicial de la Federación, llegó al evento para impartir una conferencia magistral. Al percatarse de la presencia de las activistas, que le exigían que se acercara a escuchar sus reclamos, García Villegas se acercó tímidamente a la reja del Congreso, pero en lugar de hacer un contacto directo, escuchó brevemente las demandas de las manifestantes, entre ellas, su rotundo rechazo a los acosadores en las escuelas. «Claro que sí», fue su respuesta, pero rápidamente regresó al presídium y procedió a leer en voz alta una de las pancartas que las feministas habían colocado en el lugar.
UN RECORDATORIO DE LAS MUJERES QUE NOS ARREBATARON: FEMINICIDIOS EN TLAXCALA
La marcha continuó su recorrido hasta Palacio de Gobierno, donde se realizó un emotivo homenaje a las mujeres víctimas de feminicidio en el estado. Con profunda indignación, se recordó a las mujeres «que tenían una vida, sueños, familia» y que, de repente, fueron arrancadas de este mundo, dejando un vacío imposible de llenar. A través de este acto simbólico, las activistas pidieron que no solo se hable de las cifras de feminicidios, sino que se dé visibilidad a las historias de estas mujeres y el dolor que dejaron atrás.
La cantante de rap, Prania Esponda, acompañó la protesta con poderosas interpretaciones, aportando un toque de resistencia y voz a la denuncia colectiva.
MUJERES CICLISTAS: EXIGIENDO RESPETO Y SEGURIDAD EN LAS CALLES
La marcha también contó con la presencia de mujeres ciclistas que alzaron la voz contra la sexualización, la falta de seguridad y de educación vial. En particular, exigieron mejores condiciones para poder trasladarse de manera segura en las calles, que carecen de la infraestructura adecuada para ciclistas.
La protesta incluyó un reclamo directo a la Secretaría de Movilidad y Transporte (SMyT), exigiendo que no se otorguen más licencias de conducir sin la realización de exámenes rigurosos, que incluyan capacitaciones para el control emocional, en un intento por prevenir accidentes viales, en los que varias mujeres han resultado lesionadas.
UN LLAMADO A LA ACCIÓN Y AL CAMBIO REAL
En medio de la protesta, las voces de las mujeres se unieron para recordar que la violencia de género y la discriminación no tienen cabida en una sociedad justa y equitativa. Este 25 de noviembre, el mensaje fue claro: las mujeres de Tlaxcala exigen justicia, seguridad, y el derecho a vivir sin miedo. La lucha continúa y, mientras las autoridades sigan mirando hacia otro lado, las activistas seguirán alzando sus voces hasta que el cambio sea real y tangible.
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