LA COLACIÓN: DULCE TRADICIONAL QUE ADORNA LAS POSADAS DECEMBRINAS

Las posadas decembrinas no estarían completas sin la colación, un dulce multicolor cuyo centro sorprende con sabores inesperados y que ha dado nombre a toda una tradición navideña en México.

La colación no es un dulce común; su exterior está elaborado con una mezcla de azúcar glass y fécula de maíz, mientras que su interior puede incluir una tira de cáscara de naranja, un cacahuate, un dulce en forma de botón o una almendra. Esta combinación de texturas y sabores ha hecho que la colación sea un símbolo indispensable en las celebraciones navideñas.

EL PROCESO DE ELABORACIÓN

Según las principales empresas fabricantes de este dulce en México, los rellenos de la colación, ya sea de naranja, cacahuate, almendra o dulce en forma de botón, reciben una primera capa de azúcar. Este recubrimiento se aplica en grandes ollas giratorias de cobre llamadas bombos, donde el azúcar se agrega lentamente mientras el relleno gira continuamente. Este proceso, conocido como confitado, puede durar hasta un mes, permitiendo que el azúcar se adhiera y se seque perfectamente.

Una segunda capa de azúcar, más delgada y delicada, se aplica después. Esta capa final da forma y textura a cada pieza, que puede ser lisa o con picos, y varía en tamaño. Una vez completada la confitación, los dulces se blanquean y se pintan con colores vibrantes como azul, amarillo, verde o rosa, listos para decorar las mesas y las bolsitas de las posadas.

LA HISTORIA DE LA COLACIÓN

Aunque no existe una documentación precisa sobre el origen de la colación, se cree que este dulce tiene sus raíces en las festividades navideñas desde la época colonial. Los cronistas de ese tiempo mencionan que se podían encontrar en las puertas de las iglesias y en los parques durante la Navidad, alegrando a los feligreses tras las celebraciones religiosas.

LA COLACIÓN EN LA ACTUALIDAD

A pesar de los años que han pasado, la colación sigue siendo un elemento esencial de las posadas. Hoy en día, se vende a granel y ha dado nombre a los tradicionales «dulceros» de las posadas, que incluyen una variedad de dulces como cacahuates, galletas de animalitos y chocolates. La colación sigue siendo una tradición que une a las familias mexicanas en cada celebración navideña, preservando su esencia a través del tiempo.