LA MALINCHE Y SUS MARAVILLAS: UN RECORRIDO POR LAS ESTALACTITAS
La montaña de La Malinche, conocida también como Matlalcueyetl, sigue cautivando con sus secretos. Entre su denso bosque se encuentra un paraíso oculto: un sistema de cuevas adornado por estalactitas, un regalo visual de la naturaleza que resguarda la magia y el misterio de esta majestuosa elevación.
UN ESPECTÁCULO NATURAL CON HISTORIA ANCESTRAL
Estas formaciones se localizan a casi cuatro mil metros de altitud, en la zona conocida como El Arenal, justo antes de alcanzar la cumbre. Aparte de ser un fenómeno geológico fascinante, este lugar fue testigo de ceremonias prehispánicas dedicadas a Tláloc, el dios de la lluvia, por la población originaria de habla náhuatl.
¿QUÉ SON LAS ESTALACTITAS?
A simple vista, las estalactitas parecen cuchillos afilados que cuelgan del techo de las cuevas. Estas estructuras cónicas, que pueden alcanzar hasta 1.5 metros de largo, están compuestas por minerales de carbonato de calcio. Su formación es un proceso extremadamente lento: se estima que crecen entre 0.1 y 10 centímetros por cada mil años, dependiendo de las condiciones de la cueva.
En el suelo, se encuentran las estalagmitas, formaciones que crecen en dirección opuesta, desde el piso hacia el techo, originadas por las gotas de agua cargadas de minerales que caen desde las estalactitas. Con el tiempo, ambas pueden unirse y formar imponentes columnas.
UN FENÓMENO ÚNICO EN UN CLIMA GÉLIDO
Durante el invierno, las temperaturas bajo cero en la cueva permiten observar la belleza de estas formaciones rodeadas de agua helada. Este ecosistema singular también es hogar de plantas que florecen en condiciones extremas, lo que suma un toque de vida a este paisaje invernal.
¿CÓMO LLEGAR A ESTE RINCÓN MÁGICO?
Para alcanzar la cueva de estalactitas, es necesario recorrer 6.5 kilómetros desde el albergue del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) hasta el «Lomo del Diablo». Desde ahí, se inicia un ascenso de aproximadamente cinco horas, pasando por terrenos pedregosos y fríos.
La seguridad del área está garantizada por policías de montaña de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, quienes también cuidan que los visitantes respeten el entorno natural.
UN LLAMADO AL RESPETO Y LA CONSERVACIÓN
Miguel Salinas Hernández, antiguo responsable del manejo del Parque Nacional Malinche durante 18 años, subraya la importancia de preservar este ecosistema. “Aunque no está prohibido el acceso, es vital no tocar ni dañar las formaciones. Su crecimiento es extremadamente lento y el cambio climático afecta su desarrollo”.
RECOMENDACIONES PARA LOS VISITANTES
- Respetar el entorno natural, incluyendo flora, fauna y formaciones geológicas.
- Llevar equipo adecuado para el ascenso, como ropa abrigadora, botas y agua.
- No dejar basura ni alterar el ecosistema.
La Malinche y sus estalactitas son un recordatorio de la majestuosidad de la naturaleza y de la necesidad de proteger estos tesoros para las futuras generaciones.
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