PALACIO NACIONAL AMANECE BLINDADO PREVIO AL 8M: COLOCAN VALLAS METÁLICAS Y DESATAN CRÍTICAS

La noche del martes, comenzaron a instalarse vallas metálicas de aproximadamente tres metros de altura alrededor de Palacio Nacional, residencia de la presidenta Claudia Sheinbaum, como medida de seguridad ante las manifestaciones programadas para este sábado 8 de marzo, en conmemoración del Día Internacional de la Mujer.

El despliegue inició a las 19:00 horas con la llegada de un tráiler cargado de vallas a la esquina de la calle Moneda, cerca de la Plaza Seminario. Durante la madrugada, se completó la instalación y, al amanecer del miércoles, el recinto histórico ya estaba completamente resguardado.

Esta estrategia de protección no es nueva. Desde el gobierno de Andrés Manuel López Obrador se ha implementado la colocación de vallas metálicas para resguardar monumentos y edificios gubernamentales ante las marchas del 8M. Sin embargo, esta acción ha sido duramente criticada por colectivas feministas, que acusan que se prioriza la protección de inmuebles sobre la seguridad de las mujeres y manifestantes.

Al ser cuestionada sobre la medida en su conferencia matutina, la presidenta Sheinbaum defendió la instalación de las vallas, argumentando que su propósito es proteger a las mujeres policías y a los asistentes de la marcha ante posibles actos de violencia. Explicó que en protestas anteriores se han registrado intentos de dañar la puerta de Palacio Nacional y que la alternativa a las vallas sería colocar a mujeres policías en la primera línea, lo que, según ella, implicaría un mayor riesgo para ellas.

Sheinbaum también destacó los avances de su gobierno en materia de igualdad de género, como la inclusión de las mujeres en la Constitución, la creación de la Secretaría de las Mujeres y la promulgación de leyes de protección. Aseguró que la seguridad y los derechos de las mujeres son una prioridad, y reiteró que la mayoría de las manifestaciones son pacíficas y bienvenidas.

La instalación de las vallas sigue generando debate, con opiniones divididas entre quienes la consideran una medida preventiva y quienes la ven como un obstáculo para la libre expresión y la protesta feminista.