ANTEXI COLECTIVA ESCÉNICA: MUJERES QUE ROMPEN MOLDES Y BAILAN SIN PERMISO
“Que nadie les diga que si no hay hombres no pueden bailar tal o cual pieza. La danza se baila en pareja, sí… pero la pareja también puede ser entre mujeres. No desistan, sean necias con su danza”, afirma con convicción Azucena Flores Pérez, bailarina y directora de Antexi Colectiva Escénica, una compañía que desde hace tres años ha decidido contar historias desde el movimiento, con una sola condición: que todas sus intérpretes sean mujeres.
Desde su nacimiento, Antexi ha sido un espacio seguro y poderoso, donde las barreras de género se rompen y los estereotipos se enfrentan con tacones, faldas, rebosos y pasos firmes. “Desde sus inicios nos propusimos que fuera una compañía integrada únicamente por mujeres, y eso ha abierto una puerta para repensar nuestro lugar en la danza mexicana”, comparte la artista tlaxcalteca.
Danza que cuenta historias de mujeres reales
Lo que distingue a esta agrupación no es solo su composición femenina, sino las temáticas que abrazan: maternidad, vida profesional, feminidad, resiliencia y tradición. Aquí, bailan historiadoras, artesanas bordadoras, profesoras, médicas e ingenieras, demostrando que la danza no está reservada para los escenarios elitistas ni para cuerpos “perfectos”, sino para todas aquellas que aman moverse y contar historias desde su piel.

“Tenemos una diversidad de cuerpos, de edades, de personalidades. Este espacio se abre a quienes quizá no han tenido oportunidad de profesionalizarse, pero sí sienten pasión por la danza”, señala Flores.
Montajes con memoria y rebeldía
Entre sus montajes más aplaudidos se encuentra “Mujer, madera y son”, una pieza que fusiona la danza folclórica mexicana con tintes flamencos, para narrar la llegada de las mujeres africanas a las costas de México durante la conquista. Un homenaje a su resistencia, sus danzas ancestrales y su impacto en la cultura popular.
“Contamos la leyenda de La Bruja, ese son emblemático del folclor veracruzano, pero desde la perspectiva de esas mujeres que llegaron a nuestras tierras a enriquecerlas con su cultura”, detalla la bailarina. Este montaje tuvo el honor de presentarse en el Centro Nacional de las Artes (CENART) en la Ciudad de México, uno de los foros más importantes del país.

Ahora, Antexi prepara su siguiente obra: “Las Flores”, una celebración a la biodiversidad floral de Tlaxcala e Hidalgo, que será acompañada por sones de la sierra huasteca.
El folclor, puerta de entrada a la danza
Para Azucena, el folclor ha sido la forma más accesible para acercarse a la danza. “Quienes no teníamos recursos para academias privadas aprendimos en las escuelas, en las comunidades, y es gracias a eso que estoy aquí”, cuenta.
Hoy, su compañía se ha convertido en un acto de resistencia, belleza y memoria viva. Mujeres que bailan con cuerpos diversos, con cicatrices y triunfos, con una pasión que desborda los moldes impuestos. Bailan por las que estuvieron, por las que están y por las que vendrán.
Publicar comentario