DETECTAN 11,850 NIÑAS Y MUJERES EN TLAXCALA EN RIESGO DE VIOLENCIA Y TRATA DE PERSONAS, SEGÚN INVESTIGACIÓN DE DDESER
De 2021 a 2024, el Centro de Derechos Sexuales y Reproductivos (Ddeser-Tlaxcala) identificó a alrededor de 11,850 niñas, adolescentes y mujeres en Tlaxcala que enfrentan diversas formas de violencia, explotación sexual, trata de personas, embarazo infantil y adolescente, desapariciones intermitentes y hasta tentativa de feminicidio. Esta alarmante cifra fue presentada durante la presentación del Protocolo de Atención a Niñas, Adolescentes y Mujeres en Situación de Violencia, realizado en las instalaciones de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH).
UN PROYECTO INTERNACIONAL PARA COMBATIR LA VIOLENCIA SEXUAL Y EL EMBARAZO INFANTIL
El evento se enmarcó en la culminación del proyecto integral internacional “En comunidad prevenimos y respondemos ante la violencia sexual y el embarazo infantil en 12 municipios de México”, desarrollado por Equidad de Género, Ciudadanía, Trabajo y Familia A.C., a través de la Red de Derechos Sexuales y Reproductivos (Ddeser) en México, con el apoyo del Fondo Fiduciario de la ONU para Eliminar la Violencia contra las Mujeres. Este proyecto, iniciado en mayo de 2021 y concluido en 2024, abarcó municipios de Tlaxcala, Puebla, Hidalgo y el Estado de México, y buscó crear estrategias de prevención y respuesta ante situaciones de violencia sexual y embarazo infantil.
UNA REALIDAD ALARMANTE: NIÑAS Y ADOLESCENTES EN PELIGRO
La directora de Ddeser-Tlaxcala, Rosario Texis Zúñiga, compartió las cifras de su investigación, alertando sobre la magnitud de la problemática. Entre 2021 y 2024, fueron atendidas anualmente entre 100 y 150 niñas de 10 a 14 años que enfrentaron violencia sexual, embarazo infantil y trata de personas con fines de explotación. «Una de las situaciones más devastadoras fue la venta de niñas por parte de sus propios padres, quienes a veces las entregaban a cambio de bienes materiales como ganado o electrónicos», señaló Texis Zúñiga.
En el caso de las adolescentes de 15 a 18 años, se identificaron alrededor de 600 casos anuales relacionados con embarazo, violencia en el noviazgo y desapariciones intermitentes. Muchas de estas jóvenes fueron víctimas de violencia sexual durante su desaparición y regresaron sin un proceso adecuado de restitución de derechos.
Además, se detectaron 1,200 casos anuales de jóvenes de entre 19 y 25 años afectadas por violencia sexual, violencia en el noviazgo y digital, embarazo y trata de personas con fines de explotación. En el segmento de mujeres adultas, se atendieron a unas 2,000 mujeres al año que fueron víctimas de violencia de pareja, tentativa de feminicidio y violencia vicaria.
OBSTÁCULOS EN EL ACCESO A LA JUSTICIA
Texis Zúñiga también subrayó los desafíos en el acceso a la justicia para las víctimas. Uno de los mayores obstáculos es la demora excesiva en la obtención de órdenes de protección. A menudo, las autoridades rechazan solicitudes de protección alegando que las víctimas son menores de edad o que el agresor es un familiar cercano, como los padres. También destacó la revictimización de las víctimas y el desconocimiento de muchos funcionarios sobre cómo manejar casos de violencia contra niñas y adolescentes.
«La falta de recursos, la burocracia y la desconfianza en las instituciones son barreras significativas. Las mujeres y niñas no solo enfrentan violencia, sino también un sistema de justicia que no está preparado para protegerlas adecuadamente», señaló.
NECESIDAD DE ESPACIOS SEGUROS Y RESPUESTAS INSTITUCIONALES
El protocolo presentado busca establecer directrices claras y procedimientos específicos para la atención, protección y acompañamiento de las víctimas de violencia, particularmente violencia sexual. Además, propone una ruta de atención que incluye acciones específicas, como la denuncia penal y la atención médica.
Texis Zúñiga hizo un llamado a las autoridades para que, además de aplicar los protocolos existentes, se generen nuevas rutas de atención y se fortalezcan los espacios seguros para las mujeres y niñas víctimas de violencia. Subrayó que, aunque ha habido un cambio positivo en la disposición de algunos municipios para abordar estos problemas, aún queda mucho por hacer, especialmente en cuanto a la sensibilización y la profesionalización de los servicios de atención.
“Queremos que el día que no estemos las organizaciones civiles, las mujeres puedan acudir a las instituciones y recibir la atención que merecen, con calidad, calidez y sin revictimización”, concluyó.
UN LLAMADO A LA ACCIÓN CONJUNTA
La investigación de Ddeser-Tlaxcala pone en evidencia la urgente necesidad de una respuesta coordinada entre autoridades municipales, escolares y de las instituciones del Estado para garantizar que las mujeres y niñas tengan acceso a justicia y atención efectiva. Con este protocolo y el trabajo continuo en el terreno, las organizaciones buscan un cambio profundo en la forma en que se atiende la violencia de género en Tlaxcala.
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